Por Edgardo Cabrera
Muy poco les duró la orden presidencial de frenar la carrera rumbo al 2027, fue más el escándalo que hicieron en Morena con aquello de sus lineamientos morales, que en lo que tardaron en romper cada uno de ellos: los lujos siguen, el uso de las camionetotas y blindadas, el consumo en resturantes muy fifís y, ya lo verá, la no reelección, ese será otro cuento.
A colación, en Tlaxcala las y los suspirantes a suceder a Lorena Cuéllar intensificaron sus actividades proselitistas disfrazadas, por ejemplo, el ex cuñado Ray Vázquez Conchas se autodestapó tras aquel convite con periodistas, con motivo de su día, ya antes su amigo y correligionario, el magnate sindical Pedro Haces lo había colocado como corcholata.
La senadora Ana Lilia Rivera no solo regresó a sus asambleas informativas de fin de semana, sino que mantiene reuniones con políticos de su partido, pero también opositores como la panista y candidata perdedora a la alcaldía capitalina y a la gubernatura, Minerva Hernández Ramos.
No sabemos si por impulso de Ana Lilia, o de sus voluntariosos seguidores, empezaron a agitar el avispero para sacar a Marcela González de la dirigencia estatal, so pretexto de que solo fue designada para cumplir con el periodo de Carlos Augusto a quien se le terminaría en agosto, ya hasta tienen lista de supuestos sucesores.
Hablando de Carlos Augusto, es otro que también se divide en dos, sus ratos libres los destina a despachar en el Icatlax, y el resto del tiempo lo emplea en promover sus aspiraciones gubernamentales, nos cuentan, ya hasta le sugirió a Vázquez Conchas declinar por él y hacer un frente común contra Alfonso Sánchez García, si, ¡así de plano!, DECLINACIONES sin aún siquiera iniciar el proceso electoral.
En tanto que el alcalde capitalino incrementó su presencia mediática tras realizar cambios en su área de comunicación, ahora sí parece más una campaña no solo de propaganda de las acciones del ayuntamiento, sino de la imagen del presidente que se vio reflejada en su crecimiento en las encuestas tempraneras y el descenso de la puntera, Ana Lilia Rivera, además, trae de su lado ya a la mayoría de los legisladores locales y alcaldes, la lucha será encarnizada, ya lo verá.
Y hay algunos empleados de la Triste Historia, por cierto, algunos, bastantes corruptos, mitómanos y violentadores de mujeres que, como nadie los pela, ni son considerados en las encuestas, se autodestaparon con ridículas declaraciones que causaron pena por su desesperación de buscar un salvoconducto para no terminar en la cárcel por sus transas.
ENTRIPADO
En eso del canibalismo moreno y aunque le han iniciado la cuenta regresiva a Marcela González para que deje la dirigencia, nos confirman que no habrá cambios, lo cual no es ninguna novedad, si algo ha caracterizado a este partido es perpetuar en los cargos a quienes quieran, valiéndose de resquisios legales.
No vamos lejos, recuerdan cuánto tiempo duraron las primeras dirigencias…, ya desde esos tiempos había pugnas entre los fundadores Sánchez Anaya y Ana Lilia Rivera, fue hasta que llegó una tercera en discordia, la difunta Martha Palafox, para hacer lo mismo con quien entonces era su aliado, Joel Molina, quien falleció en la pandemia por Covid.
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