Por Edgardo Cabrera
Expertos en la fabricación, ya sea de culpables o de maquillar cifras y realidades, en lo que va de la gestión de Ernestina Carro, primero como procuradora, ahora como fiscal General de Justicia, desaparecieron cuatro agencias regionales del Ministerio Público: Chiautempan, Contla, Zacatelco y Natívitas.
Aunque delitos como homicidio, feminicidios, trata, secuestros, lesiones y otros contra el patrimonio persisten, en unos casos se han incrementado, la política es la de la centralización de las denuncias en la Fiscalía General de Justicia ubicada en la capital, y saturar la atención en pocas oficinas ante esa pésima política del cierre de agencias del ministerio público.
La agencia de Chiautempan cubría los municipios de Tlatelulco, Xiloxoxtla y Tetlanohcan; la de Contla abarcaba los municipios de Amaxac y Santa Cruz Tlaxcala; la de Natívitas atendía Santa Apolonía Teacalco, Nopalucan y Texoloc; y Zacatelco cubría Huactzinco, Quilehtla, Teolocholco, Ayometla y Xicohtzinco.
En total aproximadamente 330 mil habitantes se quedaron sin procuración de justicia cercana gracias a la política concentradora de la abogada Carro.
ASÍ LA BAJA
Ello explica, por ejemplo, la falsa realidad de la reducción de denuncias y carpetas de investigación, pues claro, ya lo documentamos también, no atienden 24/7, hay menos agencias, poco personal para cubrir a las víctimas, escasean los insumos y equipo para realizar su trabajo.
Por cierto, luego de exhibirlos por la entrega de solo 20 fichas al día para solicitar un acta de hechos por extravío de documentos oficiales, para las cuales había que formarse desde la madrugada, o bien comprarlas (ya le diremos cómo estaba el negocio), ahora cambiaron su política, empezaron a propagandear que el trámite es en función del “orden que se formen”, ya no hay fichas, pero se mantiene el horario burócrata, de lunes a viernes de 8 a 15 horas, ahí está su 24/7 que presume Ernestina Carro.
La realidad es que la ineficiente fiscalía no atiende a resolver las necesidades y urgencias de impartición de justicia, ¡ah!, y las dizque fiscalías especializadas, también centralizan la atención.
Una familia víctima del homicidio de un ser querido, secuestro, feminicidio, desaparición, trata de personas, o combate a la corrupción deberá trasladarse hasta la capital, en horarios de atención, porque en Calpulalpan, Huamantla o San Pablo del Monte se niegan a atenderlos en esas agencias, así la triste justicia que marcha como los cangrejos.
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