Por Edgardo Cabrera
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros reveló que Tlaxcala es la tercera entidad del país donde más robos de vehículos con violencia se cometen, solo estamos por debajo de Sinaloa y Guerrero, estados marcados por el abierto enfrentamiento de grupos delincuenciales por la pugna del territorio.
Paradójicamente aquí, donde la Triste Historia finalmente admitió que hay presencia de la delincuencia organizada, pero no su asentamiento, los automovilistas padecen una ola de atracos cuando están a bordo de su patrimonio.
De acuerdo con el reporte de las aseguradoras, entre junio del año pasado y el de esta anualidad, 74 por ciento del total de hurtos de automóviles en Tlaxcala se realizaron con violencia y los mayores afectados son los transportistas de carga.
La incidencia no es nueva, por el contrario, en un año se agravó la situación, y es que el anterior reporte de la misma Asociación Mexicana correspondiente al 2023-2024, colocó a nuestra entidad en el quinto lugar, con 71.29 por ciento, por debajo de Sinaloa, Zacatecas, Puebla y Michoacán.
Por cierto que los datos de la AMIS contrastan con la versión oficial, ya que en 2024 se reportó el robo de mil 754 vehículos de dos y cuatro ruedas, pero dicen que solo 738 ocurrieron de forma violenta, apenas 42 por ciento.
GESTIÓN
Luego de la tromba del martes en la capital y zona conurbada, el alcalde Alfonso Sánchez García gestionó apoyos extraordinarios ante el estado para atender las afectaciones en la infraestructura pública, según la gobernadora Cuéllar, este viernes se determinará cuánto destinarán al municipio de Tlaxcala mediante el fideicomiso estatal para desastres que asciende a 166 millones de pesos.
De ese mismo fondo, del que poco se sabe y se transparenta, tendrán que enviarse recursos para Chiautempan y Totolac, que también presentaron daños y ojalá que ese dinero se emplee con altura de miras, no solo con fines electoreros.
Y es que, a 24 meses de que deje el poder, la gobernadora admitió que los sistemas de drenaje en la capital del estado se encuentran en condiciones obsoletas y requieren atención urgente, ¡vaya descubrimiento!, porque no es la primera vez que se inunda la ciudad y sus colonias.
El último gobierno que le invirtió al drenaje pluvial fue el de Mariano González que, ya vimos, la obra fue tan chafa que a casi 15 años de aquello volvió a reventar el problema. Con poco tiempo para entregar la estafeta dudamos que se realice una magna obra con tantos temas pendientes y postergados como el prometido nuevo relleno sanitario, eso sí, pronto tendremos infinidad de edificios gubernamentales promocionados como “ciudades”, sin esperanza, ya lo verá.
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