Por Edgardo Cabrera
El informe de Fanny Amador al frente del Tribunal Superior de Justicia del Estado dejó en claro la sumisión que tienen los magistrados del acordeón al Ejecutivo, para muestra, las célebres palabras que quedarán registradas en la triste historia: “Hago un reconocimiento público y merecido a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, porque, sin su respaldo y apoyo, los logros que hoy presentamos no serían posibles”.
Y el agradecimiento se entiende por el cochinero en que se convirtió la elección judicial donde llegaron a los puestos disputados quienes fueron palomeados desde el despacho de las imposiciones y la fabricación de los acordeones.
Pero hubo quienes ganando perdieron, como en el caso de Fanny, carece de capacidad de decisión, no pudo meter a la nómina a sus incondicionales, su plan de trabajo lo presenta a veinte meses de entregar el puesto y es una vacilada, lo que presumió como informe, lo heredó de la presidenta anterior, Anel Bañuelos, las obras que destaca se las hizo el ejecutivo, en fin: el ridículo.
Ahí no acaba el penoso evento, resulta que invitaron a un muy selecto grupo de diputados y alcaldes, cuando todos fueron obligados a acarrear gente para la elección judicial, ¡pero eso sí!, convocaron a juristas de Ciudad de México y Puebla, a la directora de una universidad particular cuyo litigio con su hijastro por la disputa de una herencia se dirime en una de las ponencias de ese poder, y en el centro de todo, la mandataria estatal. Lo dijimos al principio y lo reiteramos, el nuevo poder judicial esta sumido en conflictos de intereses, y su presidencia mero ornato, como ayer.
PERCEPCIÓN ALTERADA
En dos momento, Lorena Cuéllar mostró su verdadero ser, no el de la sonrisa y la mano en el corazón, sino el de la intolerancia y el puño en el pecho.
El primero cuando en uno más de sus videos mañaneros la mandataria afirmó que se ha especulado en torno a su estado de salud: ¡falso! La única que ha especulado al respecto es ella, no olvidemos, al justificar su inasistencia a los 7 años de Morena en el poder, tras la convocatoria de la presidenta Sheinbaum, habló de una operación a la que se someterá en la garganta.
A la fecha no ha precisado en que fecha se ausentará, el hospital dónde será intervenida y quién encabeza el equipo médico que la valoró para someterla a la intervención, ya hubo pregunta expresa pero no información. La gobernadora prefiere especular con su salud al hablar de un padecimiento que ella ventiló, espero que no sea en busca de la urgente conmiseración ante sus bajos niveles de popularidad.
Y la otra desafortunada declaración ocurrió, de nueva cuenta, al acusar a los medios no alineados ni sumisos, de supuestamente fomentar la percepción de inseguridad, en el estado que gracias a su maquillaje de cifras, inhibición de denuncias y ocultamiento de delitos, es el de menor incidencia delictiva del país.
Pero los hechos están y deben ser informados, solo este fin de semana, balazos en un baile sonidero en Zacatelco, una trifulca en la Fiscalía General de Justicia -donde la autoridad negó que existieran detonaciones de armas-, y atropellamientos masivos en festividades que se realizaban en Contla y Tlaltelulco. Lorena, desde el privilegio de las blindadas, los escoltas y las casas de la parentela resguardadas por equipos sofisticados de vigilancia, insiste que todo es percepción.
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