Por Edgardo Cabrera
El audio filtrado de Homero Meneses, quien hasta donde sabemos continúa cobrando como secretario de Educación Pública de Tlaxcala, no fue un simple anuncio a sus corifeos, operadores políticos y empleados de gobierno, que ahora vemos, varios no toleran las imposiciones ni las órdenes de quien asemeja su actuar a los caciques de la época de la hacienda, esos que combatió Lucio Cabañas.
Fue una confesión pública de aspiraciones y estrategias electorales en pleno 2025, cuando la sucesión está lejana, pero a él se le queman las habas y se le hace tarde para levantar en las encuestas donde, por cierto, presenta el mayor número de opiniones negativas y se ubica en el sótano, algunos estudios, de hecho, ni lo toman en serio.
Hablar de posicionamiento, encuestas internas, estructura territorial y activismo digital bajo el cobijo de un gobierno en funciones, el de Lorena Cuéllar, no es solo anticiparse políticamente: es desafiar los principios de equidad e imparcialidad que rigen la función pública, incluidos los lineamientos morenos y la legislación electoral, nada más que revise el artículo 11 de la Ley general en Materia de Delitos Electorales.
Según los lineamientos éticos propuestos por la presidenta Claudia Sheinbaum y aprobados por el Consejo Nacional de Morena en mayo pasado, “se prohiben los actos anticipados de campaña y se rechaza toda práctica de la vieja política…”.
Ahora bien, su tono, mesiánico y calculado, apela a la “familia”, a la “lealtad” y al “amor” para justificar lo que, en el fondo, es una operación política adelantada, pero también, un abierto golpeteo a los demás suspirantes.
En el audio que puede escuchar en varios medios y redes sociales, devela supuestos aliados: la mitad del gabinete estatal, alcaldes, los “Garay”, incluso el diputado federal petista Alejandro Aguilar, les preguntaremos si es verdad, o se trata de una mentira.
Pero también, la gobernadora Cuéllar está obligada, pero eso no quiere decir que lo quiera hacer, a informar si de verdad, como dijo Homero, les dio autorización a los miembros de su gabinete para promover sus ambiciones personales manteniéndose en el cargo y, además, si es cierto que les dijo que levantaran encuestas en agosto, octubre y febrero de 2026 para medir su posicionamiento.
Para rematar, el anunciar una “fiestetota” con 2 mil 500 personas y decir, sin tapujos, que deben aprovechar su cumpleaños para promoverlo y usar el arranque del ciclo escolar para posicionarlo es carecer de moral y ética, pero además, de dónde sacará el dinero para todo eso.
Ahí está el audio y sus palabras, también los hechos de la construcción de sus aldeas digitales que ya fueron expuestas ayer por la activista Haydee Noya, a la misma que invisibilizó al cuestionarlo por su injerencia en la elección judicial, lo que le valió, llamarlo “agresor de mujeres”.
Y como ya me la sé, del secretario de Educación Pública de Tlaxcala espero insultos y amenazas, también de sus corifeos y solovinos, eso los retrata de cuerpo completo, es su pobre tolerancia a la libertad de expresión y la crítica. Lo llamo y llamaré por su nombre y cargo, no me escondo cobardemente en alías o motes, ese es el estilo de quienes encabezan pandillas.
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