En Apizaco la alianza opositora mostró músculo durante el arranque de campaña de Pablo Badillo en busca de la reelección en la alcaldía, y es que la ciudad rielera es bastión del panismo y no lo quieren perder frente a Morena, su principal adversario en la contienda.
El domingo dejaron ver parte de su estructura y el mitin sirvió para arropar también a sus candidatas al Senado, Anabell Ávalos, y a la diputación federal, así como el competidor por el distrito IV, Emilio Sánchez Rivera.
Para nadie es desconocido que durante su gobierno Pablo Badillo se distanció de su antecesor Julio Hernández, pero semanas antes de su registro como candidato existió reconciliación, claro con posiciones en la planilla de por medio, y con ello afianzó otra parte de la estructura panista que andaba suelta y coqueteando con algunos personajes muy sagaces pero desinflados.
El panista es el rival a vencer, con todo y que el sumiso árbitro electoral le mochó cinco días de campaña.
BASTIÓN VERDE
El Verde trata de hacer su bastión en Huamantla con Chava Santos y el domingo, también luego de que el ITE les quitara cinco días de campaña, logró buena convocatoria en su arranque, algo que no pudo presumir el candidato de Morena quien con todo y ser favorecido por el árbitro para iniciar antes, no logró una concentración como la de su rival a vencer.
Por cierto, Pimentel, en solo cinco días, presenta claroscuros en su campaña, primero al presumir el apoyo del ex alcalde priísta Jorge Sánchez Jasso, reviviendo así el PRIMor, el mismo cuyo yerno es el suplente del candidato panista a la diputación, “Chema” Méndez. No solo eso, en la planilla del morenista, ya lo dijimos, está la hija del petista Alejando Aguilar (que tiene candidato a la alcaldía de ese partido), y la esposa del ex panista Humberto Macías, ayudante de Beatriz Paredes, y ex funcionario Lorenista.
Ahí no acaba, apenas arrancó campaña, y quien le llevaba el área de prensa le renunció.
AMBICIÓN SIN LÍMITES
Ahora sabemos de una maniobra más para agandallar posiciones ante el temor de derrotas electorales. Resulta que la Triste Historia le dio cuerda a un juicio político contra los integrantes del pleno del Tribunal de Justicia Administrativa, empezando por su enmudecido presidente, Elías Cortés, así como Isabel Pérez y Marcos Tecuapacho. De un plumazo, quieren tres vacantes.
Hay que poner atención del proceso que inició el legislativo a petición de un ex empleado de ese organismo, no vaya a resultar que sea uno de los aspirantes a ocupar una posición en el Tribunal, de ahí su interés y su silencio por más de cuatros años del supuesto acto anómalo que denuncia.
Resulta que la adquisición del predio donde construyen las oficinas del TJA, data del gobierno del concuño de la mandamás, y la cuenta pública correspondiente fue aprobada en su momento.
Las imputaciones parecieran graves, pero llama la atención que fueron presentadas justo cuando inicia el proceso para definir la ratificación o no de dos de los tres magistrados, pero alcanzan al actual presidente, por ser responsable administrativo y legal del organismo.
Aún más cuestionable es el silencio de Cortés Roa, una de dos, o está muy tranquilo porque sabe que no procede el juicio ni las denuncias, o de plano poco le importa el daño a una institución que se supone vela por la justicia de los burócratas y debe generar confianza en sus actos.
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