Por Edgardo Cabrera
Se les acabó la fiesta del grito y ahora seguirá la del voleibol playero, luego vendrá la feria de Todos Santos y la del fin de año que incluirá el informe del gobierno tristón, antes tuvieron su “verano peligroso” -literal- porque lo promocionado como un curso infantil con albercas incluyó adiestramiento a las niñas y niños para el uso de armas, tras la desatinada decisión de instalar un campo de gotcha.
En todo lo anterior el despilfarro del erario fue la constante, porque una cosa es invertir en celebrar, pero la otra gastar para cumplir los caprichos de la familia real, para ver “bonitas” las escalinatas, envolver los árboles como momias tricolores, colocar gigantescas lonas con imágenes pixeleadas de los héroes nacionales y luego quitarlas previa a la celebración, ante la falta de planeación y riesgo de incendio por las toneladas de fuegos pirotécnicos utilizados.
Y si eso le parece un exceso, basta ver el otro capricho convertido en negocio, el voleibol playero, gastamos -porque es producto de nuestros impuestos, bueno, los que pagamos- como si estuviéramos en el primer mundo y tuviéramos playas, en la promoción la mandamás le dio vuelo a la hilacha para andar como ajonjolí en varios de los moles del país, los destinos predilectos, en donde sí hay calor y mar, Cancún y Acapulco, allá, por ejemplo, despilfarraron en parrandas, hospedaje, comidas y traslados.
La comitiva real incluyó lamebotas y gorrones, las parrandas, que no la promoción, se presumieron en redes sociales. Como se trató de aventar dinero público al cielo, el voleibol playero también fue el pretexto para volar al Vaticano, llevar a “bendecir” el librote del “Tlaxcala sí existe” y promover la justa deportiva, bueno, al menos eso dijeron. El resultado de tan intensa campaña lo evidenció el alcalde de Zacatelco, no entendió, para él, lo que se llevará a cabo es el “beisbol de playa”.
Ahora vendrá el gasto para el evento que incluirá, además de todo lo que implica como anfitriones, parrandas y comidas, un despliegue de seguridad para proteger a los visitantes de los maleantes que cada día hay más, así como de las protestas.
QUE SE JODAN
Mientras la Triste Historia goza de la fiesta a costillas del pueblo, los jubilados y pensionados realizaron la marcha número 172 la mañana del 15 de septiembre y el Frente Común Sindical por la noche la protesta 173, se dijeron burlados y engañados por la mandamás. El nuevo y privatizado servicio médico a los trabajadores es una auténtica porquería, es igual o peor al que ya estaba, no hay abasto de medicamentos para muchas enfermedades crónicas y degenerativas, tampoco atención especializada.
El mentiroso y conservador Homero, el mismo que se dice comunista y cuya parentela cobra en la dependencia que mal dirige, aseguró en redes sociales que había acudido a uno de los módulos a consulta, y lo tachó como la octava maravilla, ¡pues claro!, recibió trató de fifí el funcionario para atender las lagunas mentales que padece.
Lo cierto es que mientras despilfarran el dinero para las fiestas de la casta real, no cumplen con sus obligaciones, como la de entregar uniformes gratuitos a los estudiantes, y a casi un mes del inicio del ciclo escolar, siguen sin dotar de útiles a todos.
Una muestra más de la necesidad de que los recursos públicos se inviertan para lo que realmente son, la semana pasada el choque de un vehículo del DIF estatal en la avenida Independencia de la capital evidenció que además de chatarras con ruedas, son un riesgo para los trabajadores por la falta de mantenimiento. Por fortuna las tripulantes salvaron la vida, pero no es el único caso.
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