Con la novedad que al autotrén le surgió un pequeño detalle, uno más de la larga lista que han mencionado vecinos, ambientalistas, legisladores y ciudadanía, no una sola persona como dice la mandamás. Pasaron por alto que en el tramo comprendido entre el estadio Tlahuicole y el edificio del IPN pasa un ducto de gas natural.
¡Recórcholis!, cómo pudieron ignorar tal riesgo en el proyecto, pero, además, que deriva en complicaciones técnicas con otra empresa que tiene concesionado el tramo.
Ese error de cálculo, pone en evidencia una vez más la improvisación de un proyecto promocionado por el gobierno como un gran desarrollo tecnológico y de infraestructura para “resolver” un problema de movilidad, en una avenida con gran tránsito de transporte público.
La situación del gasoducto fue observada por las propias autoridades federales, vale decir, es la hora que carecen de los permisos correspondientes en materia de Comunicaciones y Transportes para lucrar con un tramo carretero del que pretende el empresario apropiarse de un carril para montar sus columnas y trabes para que circule el “medio metro”.
Por cierto, curioso que siga el gobierno estatal promocionando y pagando publicidad del lucrativo proyecto de un empresario, que no es cualquier “pobre” rico, sino un multimillonario y accionista mayoritario de una de las cadenas de supermercados más grandes de México, a quien la Triste Historia benefició con una concesión, sin que se hiciera público el procedimiento, el contrato y el monto pagado por ella.
Un dato más, la empresa del medio metro tiene una página web, llama la atención que utilicen el símbolo del gobierno del estado de Tlaxcala, pero, además, que en ella no se tenga ninguna información del responsable de la firma, del proyecto, de la empresa encargada de la obra civil, inversión, montos de operación, empleos que generarán y derrama económica para los capitalinos, si es que la habrá, en fin, ese sitio parece pirata, como el proyecto en sí. https://www.autotrentlaxcala.com/?mibextid=Zxz2cZ
SIMULACIÓN DESCARADA
Las urgencias propagandísticas de las mal llamadas corcholatas presidenciales, puso en evidencia la descarada simulación y la ausencia de lealtades, compromisos y filiás, se trata de “quedar bien con todos”, aunque en la práctica muestra una vez más que la palabra de la mandamás no es confiable, no cumple acuerdos.
Resulta que, durante la presentación de la estructura a favor del secretario de Gobernación, Adán Augusto López el cuñado de Lorena Cuéllar se acreditó como uno de los coordinadores de la precampaña, y además admitió una “cargada” a favor del funcionario federal.
Eso sí, Raymundo Vázquez Conchas “aclaró” que pidió licencia al cargo de regidor del ayuntamiento capitalino, para no violentar la norma, de por sí violentada al hacer estos actos proselitistas fuera de los plazos legales, porque no son tiempos de pre campañas.
La semana pasada, con la estructura de Marcelo Ebrad, fueron presentados otro par de individuos fieles lacayos de Lorena y que le han servido de plumas ladinas y golpeadoras de adversarios políticos; y semanas atrás, con Claudia Sheinbaum fue colocado un funcionario estatal, el titular de la oficina de atención a periodistas, y ya sabemos, porque es público, que la mandamás está con la jefa de gobierno capitalino, así entienden ellos eso de “no mentir, no robar y no traicionar”.
