Por Edgardo Cabrera
Lo que ya no es ninguna novedad, la Fiscalía General de Justicia prefirió voltearse y callar este fin de semana rojo en Tlaxcala, uno más. Seis hechos trágicos que incluyeron la muerte violenta de un menor en Chiautempan, un feto ubicado en un drenaje en Huamantla, ejecutados en Yauhquemehcan, Tepetitla y Calpulalpan, fueron tres días que resultan “cotidianos” para el gobierno de la Triste Historia.
Ni para la fiscal Ernestina, tampoco para la mandataria estatal o alcaldes y alcaldesas, ameritó algún pronunciamiento ante la galopante inseguridad y atrocidades cometidas, ¿ya para qué?, ellos se acostumbraron y parece que la sociedad entró en la misma dinámica, para desgracia de todos.
El viernes se reportó una persona baleada en un bar en Tepetitla, ni 24 horas habían transcurrido y en Yauhquemehcan habían ubicado a una persona con signos de violencia en el río, y en Calpulalpan un joven fue baleado en la colonia El Refugio, más tarde murió en el hospital por el tiro que le dieron en la cabeza, sus ejecutores iban a bordo de una moto.
Para el domingo las tragedias continuaron, con diversos impactos de arma de fuego fue ejecutado un hombre en el Tetel, Yauhquemehcan, una mujer también fue herida; luego se conoció del hallazgo de un feto en un drenaje en la comunidad de San José Xicohténcatl, Huamantla; y para cerrar, un menor reportado como desaparecido y con apenas 15 años de edad fue localizado en terrenos de labor en Chiautempan, sin vida y con huellas de golpes.
Una semana antes, justo el 1 de septiembre en Tepetitla, otros dos menores, 16 años de edad, fueron hallados sin vida, presentaban varias lesiones provocadas con cuchillo o navaja, hablamos, que en siete días, tres adolescentes fueron privados de su existencia, algo que tampoco indigna a la fiscal Ernestina ni a la gobernadora Cuéllar, menos al secretario de Educación más ocupado en su sueño guajiro que en velar por los jóvenes que deberían estar preparándose en las aulas.
A COLACIÓN
Por cierto, a tres semanas del hallazgo de seis cabezas humanas en Ixtacuixtla, la Fiscalía General de Justicia de Tlaxcala sigue sin identificar a quién pertenecieron, hasta la semana pasada, decían que dos de ellas habían sido reconocidas por familias en Puebla, cuyos allegados tenían reporte de desaparecidos.
Sin embargo, resultó que tampoco eso fue cierto. Por medio de un comunicado de prensa la FGJE informó el lunes que siguen sin lograr la identificación de las cabezas, descartaron que alguna de ellas pertenezcan a una de las cinco familias que fueron canalizadas por su par de Puebla, se cae así lo que habían informado. En conclusión: NO TIENEN NADA
Hablamos que permanece la incógnita, y la autoridad no puede seguir con el cuento perverso e inhumano de que no eran tlaxcaltecas, como si eso le restará gravedad al caso, no solo eso, al carecer de resultados de pruebas genéticas tampoco pueden asegurar el origen de los restos y dónde se cometieron los crímenes, vale recordar, aparecieron junto un cartel firmado por “La Barredora”, además fueron desolladas y la ubicación del resto de los cuerpos es también un misterio.
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