Cine y Cultura

HERNÁN CORTÉS

Por Efren Minero .

 

 

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Planeaba comenzar estas líneas contando mi encuentro de ayer con Hernán Cortés, pero casi llegando al internet “La cabina”, cercano a la Unidad Habitacional Coatepec, en el barrio de Actipan, cerca del plantel donde trabajo, me pareció reconocer en un solitario malabarista a un ex alumno, no, realmente nunca fue mi alumno… pero sí lo fue, hasta hace un año que egresó, del CBTis, ahora estudia ingeniería civil en el ITA, en las vacaciones ensaya, aquí, en una calle cerca del edificio donde vive, en uno de los muchos de la unidad frente a la que se ubica el internet desde donde tecleo (en esta unidad viven muchísimos de nuestros alumnos). Desde sus tiempos en la escuela, cuando tenía 17 años, ahora ha cumplido veinte, practica el malabarismo, “el clásico, más que el experimental y el aéreo, profe”. Me cuenta de la Circonvención Mexicana que se efectuará en Pátzcuaro cerca de Semana Santa, ahí los fabricantes ofrecen “juguetes” a precio, precisamente, de fábrica, “cada una de estas clavas, profe, cuesta 320 y ahí las puedo conseguir a 180”. Mientras hablamos no deja de practicar, me cuenta de los polis estatales que lo molestan frecuentemente, de que ahora está ensayando una rutina con un bombín, de otra convención que se realiza en la ciudad de México y que “es internacional”, y de la que he olvidado el nombre ¿o era esa la de Pátzcuaro?

La plática con el joven malabarista me demora un poco, pero no importa, así comencé mi vida en Tetla hace casi tres décadas, escribiendo lo que veía, ahora me parece bien volver a esa etapa; por otro lado, me agrada ver trabajar a las personas que están en el ajo de sus intereses, que ejercen su voluntad y que tienen disciplina. No sé cómo se llama el malabarista y futuro ingeniero, sé que durante los últimos semestres en el CBTis me pidió un libro mío para leer, alguien le comentó algo al respecto, no se lo llevé de inmediato, pero fue insistente y acabé por dárselo, luego me pidió otro y me comentó sobre el anterior, acabé regalándole dos o tres. Que alguien se tome la molestia de leer algo que uno escribió es algo sorprendente y que no queda más que agradecer de todo corazón.

Pues bien, ahora que no hay nada definido para hacer en el plantel –lamento confesar mi reticencia e ineptitud para elaborar “secuencias didácticas” y “entender” la educación “por competencias”-, decido no usar alguna banca del plantel a manera de lagartijero y, como no vivo en Apizaco (lo que me permitiría checar sólo entrada y salida, cosa de pasar dos minutos en el plantel), voy a comprar una torta de salchichas al Triángulo y vengo al internet en turno (el otro, Jireh, ubicado frente al plantel, está cerrado estos días) para contar mi encuentro de ayer lunes 8 de enero con el joven Hernán Cortés.

Conocí a Hernán Cortés por Nayelli Lechuga y su hermano Miguelito, ninguno de los tres fue mi alumno, como tampoco lo fue el joven malabarista. Conocí a Naye en uno de los internet (Joy@digital) a que acudía, porque era prima de las muchachas que ahí estaban (Chío y Talis), y por eso luego a Miguelito, que estudiaba secundaria entonces; eventualmente, los papás de Naye y Miguelito instalaron, cerca de Joy@digital, un lugar donde expendían algunos antojitos y ¡café! Por supuesto, cada que podía iba yo ahí a conseguir un poco de café, así hice buena amistad con los papás de los Lechuga, y resultó que la mamá de ellos -hermana de la señora del internet- lo era también de Romualdo, ahora ingeniero y que fue uno de mis primeros alumnos en el plantel, de él podría contar que le decían el Nagual, que era amigo y compañero de otro alumno que estudió teatro con Gloria Miravete y luego siguió en el escenario mientras estudiaba una ingeniería en el DF, no sé si siga en el teatro pero sí que estudió otra licenciatura, oh my gosh! El novio de Naye fue mi alumno… y así podría seguir extendiendo la red de estas conocencias al estilo, válgaseme la comparación, de ese programa que transmite History Channel, “Humanidad: La historia de todos nosotros”, que aquí sería: “Individualidad: la recontra micro historia de mi paso por una escuela de Tetla”, pero esto ya es demasiado, a estas alturas el lector que haya llegado hasta aquí se preguntará qué onda con Hernán Cortés, ¿es un apodo? No, son su nombre y apellido, Hernán Cortés ya egresó hace un año, como Naye, que ahora estudia ingeniería en diseño textil y moda en la UTT -Miguelito egresará en junio y, considerando su habilidad con las computadoras, seguramente estudiará algo relacionado.

Inicialmente, Hernán entro a la licenciatura de artes visuales de la UATx, ahí lo suponía yo hasta que, a principios de septiembre, hice una escala técnica en el centro de las artes para comer unos chilaquiles que una vez probé ahí y me gustaron, los encargados de la cafetería ya eran otros y  los chilaquiles eran diferentes pero no malos… y en la cafetería estaba Hernán Cortés y una amiga, también egresada del CBTis y compañera suya en la UATx, buscaban inscribirse en la Escuela de Arte de Tlaxcala de la maestra Lucio que ahí funciona.

De manera que, ayer lunes 8 de febrero que me dirigía en un microbús (combis les dicen aquí) a Apizaco, en la parada frente al centro de las artes (marciales, le llama uno de los “gritones” en la parada de Elektra) subió Hernán Cortés y unos compañeros, me dio gusto encontrarlo, me avisa que fue aceptado y promete que me llevará al plantel una invitación para su primera expo colectiva en febrero.

Ese mismo día -lunes 8 de enero, insisto-, en un periódico apareció una breve nota, con foto incluida, donde hablo de lo que estoy escribiendo, la cabeza decía algo así como “Fulano de tal, o sea yo, prepara un libro sobre Hernán Cortés”, lo que no sabía Víctor Hugo Varela Loyola, que me hizo favor de realizar la entrevista, es que el libro es sobre mi ex alumno… ¡no! es broma, por supuesto se trata del conquistador extremeño, y el libro, que casi está listo (espero lo esté para el 2019 cuando, en Tlaxcala, conmemoraremos un importante aniversario, y lo que es la heterodoxia, escribo esto mientras escucho uno de mis álbumes favoritos de todos los tiempos, Magic, de la Ian Gillan Band, gracias al Youtube, y a unos buenos audífonos), se llama, el libro, Hernán Cortés, los tlaxcaltecas y los mexicas. La gloria y la amargura, aunque realmente eso de “la gloria y la amargura” me suena como a telenovela, sin embargo, eso fue, la gloria y la amargura, como intento explicar en el libro.

La cuestión es que conseguí un par de ejemplares de ese periódico, y recordé (mi hijo me dice que eso ya lo escribí antes, yo no me acuerdo) cuando, hace muchos años, allá por 1991, no recuerdo el año con exactitud, una persona que me apoyó mucho en esto de la escritura me dijo que el diario La Jornada, en su versión regional, estaba pensando publicar una antología de escritores tlaxcaltecas, y a ella le habían encargado su integración; por supuesto, ya dije que me apoyaba muchísimo, me tomó en cuenta y me pidió un par de textos, se los di “raudo y veloz”, pasaron algunas semanas, yo estaba pendiente de la aparición de la antología, cuando me enteré del día en que saldría salí muy temprano a conseguir unos veinticinco o treinta o mil ejemplares o los que pudiera, para repartir a mis conocidos; afortunadamente, tuve la sensatez de comprar primer sólo uno, y cuando revisé la antología, más de una vez por cierto, no encontré mi texto (vagamente recuerdo a algunos de los escritores que sí aparecieron). Nunca supe la razón por la que omitieron mi texto, el caso es que, seguramente, era un texto malón –todavía no entraba al taller de la maestra Espejo-. No le pregunté a la antologadora, pero el punto es que tardé años en recuperarme de eso (ahora escucho Out of My Mind, del gran álbum Who Cares, que hicieron Ian Gillan, Tony Iommi, Jon Lord, Nicko McBrain y Jason Newsted), me dolió mucho y tardé en superarlo. Ahora, la amabilidad de Víctor me permite aparecer en la sección regional de ese diario, y se lo agradezco mucho…

 

 

…by the way, en esa época, cuando lo de la antología, uno de mis grupos favoritos era Savoy Brown, especialmente me gustaba el álbum Blue Matter (1969) y más la canción Train To Nowhere (https://www.youtube.com/watch?v=ZndMjqFNTMo):

You can catch it if you want to ride

Don’t you worry if it pass you by

You can catch it if you want to ride

Don’t you worry if it pass you by

Lord you know the reason why

On this train till I die

Train I ride goes to God knows where

I don’t know and I don’t care

Train I ride goes to God knows where

I don’t know and I don’t care

If you aint got money don’t despair

‘Cause you don’t have to pay no fare

Please now brother don’t you ride this train

Ride the wrong rails, live your life in vain

Please now brother don’t you ride this train

Ride the wrong rails, live your life in vain

Bonus: https://www.youtube.com/watch?v=vk7icBlwVqU

https://www.youtube.com/watch?v=zwMhs0F_vR8

https://www.youtube.com/watch?v=bAM4OuPhQ3w

https://www.youtube.com/watch?v=qlqqeobOJvg