Por Miguel Cordero
El último de mis amigos de vida se fue…
En mi casa crecimos con los libros de García Marqués con los poemas de Miguel Hernández y la música de Alberto Cortés , cuando en los atardeceres mi padre llegaba a casa ponía sus discos y escuchaba a Jorge Cafrune, Joan Manuel Serrat y Alberto Cortes y sentado en el sillón leyendo por octava vez el “Amor en los Tiempos del Cólera” ya que mi padre era un animal de costumbres y repeticiones .
Con la copa en mano riendo y en la otra un libro, escuchaba “Te llegara una Rosa” y se detenía para platicar un anécdota, seguido de su risa que era contagiosa, carismática y encantadora.
Me platicaba… cuando en una tertulia algunos de los invitados eran el director de cine Felipe Cazals y los cantantes Piero, Alberto Cortez y una hermosa mujer que acompañaba a Piero que entre copas cantaba con su voz delgada su canción “Viejo mi querido viejo” tocando la guitarra y la mujer lo veía enamorada hasta que Alberto Cortes pidió la guitarra que en sus manos se veía chiquita y tocándola con fuerza y su imponente voz, cantaba “Te llegara una Rosa” , “Gracias a la vida”, “Mi árbol y yo” y “ Cuando un amigo se va” dejaba a mas de uno impactado por su interpretación tanto que en cuanto se descuido Piero huyo con aquella mujer hermosa!..
Cuando mi padre murió fue enterrado con una botella de ron, el libro de García Márquez que no leyó en vida “Vivir para Contarla”, con la despedida del poema “Elegía” de Miguel Hernández y los coros de cuando un amigo se va de Alberto Cortes ya no había mas anécdotas, ni historia chuscas ni vivencias ciertas o falsas que solo el sabia y que se había llevado.
Ese día murió mi padre por primera vez.
Con la muerte de García Márquez murió su parte intelectual y con la muerte Alberto Cortez murió su parte musical .
Pero lo cierto, es que mientras las historias de García Maques y la música de Alberto Cortes existan la sonrisa de mi papaá volverá en cada atardecer y llegara a mi mente una historia que me hará reír una vez mas .
Descanse en paz Alberto Cortes .
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