Por Edgardo Cabrera
En la Triste Historia se premian los errores. Resulta que el cuñado de la gobernadora, quien cobra como titular de la Secretaría de Turismo, Fabricio Mena, le dieron luz verde para otra más de sus burradas que terminan por desgraciar al patrimonio histórico y cultural de Tlaxcala, no solo eso, con los mismos proveedores que ya probaron su incompetencia.
El nepótico funcionario determinó, ¡por sus calcetines!, montar una carpa de circo al interior de la plaza de toros Jorge “El Ranchero” Aguilar, dice que se presentará un espectáculo internacional para festejar los 500 años de la fundación de la Ciudad de Tlaxcala, y sí, estarán artistas franceses, mongoles, y mexicanos que han triunfado en Europa, ¡totalmente internacionales!, en una celebración pensada en nuestra raíces, así el “genio” secretario.
A Mena poco le interesó que la plaza de toros construida en el siglo XVIII y considerada una de las más antiguas en uso en América, corra riesgo de dañar su estructura, la carpa es sujetada de piso y columnas, según las técnicas bárbaras con las que se monta un armatoste así.
El INAH está callado y es cómplice, lo mismo que el mentado Consejo Interinstitucional para la Salvaguarda del Conjunto Conventual; la UNESCO ya tiene registro de estas burradas que podrían dar al traste con la declaratoria de Patrimonio Mundial del Conjunto Conventual Franciscano de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala, apenas en el año 2021.
Pero ahí no acaba, este jueves gracias a un trabajo periodístico de Fabián Robles, nos enteramos que la empresa del circo al interior de la plaza es “Atayde”, ampliamente conocida en nuestro país por sus larga trayectoria en este rubro del espectáculo, pero, recientemente, descubrimos, gracias al propio Mena, que ese mismo corporativo hace otras cosas, como impresiones a gran escala.
Se acuerda de las mega lonas tamaño mural desplegadas por el inicio del mes patrio, esas del Águila sin cabeza, los héroes patrios con seis dedos y el Águila Calva, fue Atayde la de la impresión y el error compartido, porque tanto llevaban el visto bueno del secretario, como del diseñador para hacerlas, no solo eso, también para ponerlas, unas duraron más de 72 horas, aunque el amnésico funcionario trate de negarlo.
Bueno, pues con todo y la burla nacional, así como el daño al erario, lo que debería constituir un acto de corrupción, ahora en otro edificio histórico: un circo.
POR SUS CALCETINES
Por cierto, este mes Fabricio cumplió un año como secretario de Turismo y está negado a renunciar pese a los lineamientos establecidos por la presidenta Claudia Sheinbaum, particularmente aquel de que los gobernantes no pueden contratar en sus administraciones a los parientes.
El cuñado de la gobernadora, si en verdad quisiera hacer algo bueno por el gobierno de su pariente, debió apartarse del cargo desde aquel jalón de orejas de la mandataria nacional, secundada en el Consejo Nacional de Morena, por el contrario, sigue acumulando daños. Su cuñada, ya lo vimos, no tiene la intención de removerlo, en su balanza pesa más el amor a su hermana que el estado de derecho y los lineamientos éticos.
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