Por Edgardo Cabrera
Este fin de semana pasará a la historia, triste, ¡claro!, por la operación acarreo que se activó para movilizar a miles de almas “espontáneas” que acudirán el sábado a la Ciudad de México para celebrar los siete años de vida del nuevo régimen, y el domingo para hacer lo mismo para el mensaje festivo alusivo al Cuarto Informe de Lorena Cuéllar que se realizará en Amaxac donde se construye la Ciudad de la Risa (como la nombró la activista y comunicadora social Yeny Charrez).
No hay comparación con el pasado, la Cuarta Transformación instauró como política de gobierno llenar la plancha del Zócalo de la Plaza de la Constitución para legitimar su movimiento y la toma de decisiones para implantar el sistema hegemónico.
A siete años, el gobierno de Morena tiene bajo su control los poderes Legislativo y Judicial, desapareció la mayoría de los organismos autónomos y los pocos que sobreviven están a su servicio, ahora viene la extinción de los organismos electorales estatales para tomar las riendas de los comicios en entidades a través del sumiso INE.
Pero ante el surgimiento de movimientos sociales y políticos opositores al régimen, como el del Sombrero tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo; el de los jóvenes de la generación “Z”, los campesinos y transportistas, así como los partidistas que defienden el actual sistema electoral, se activó con urgencia la convocatoria de este sábado para intimidar.
Solo por citar una de tantas convocatorias, a través de redes sociales algunos empresarios del transporte solicitaron con “urgencia” más unidades ante la demanda de movilización, solo ese servicio era por 140 autobuses, y nada más habían logrado reunir hasta el lunes poco más de 110, hablamos de la movilización de más de 6 mil personas, y la pregunta obligada: ¿de dónde sale todo el dinero para esa operación populista?, usted ya sabe la respuesta.
LA OTRA FIESTA
A los burócratas oprimidos del gobierno estatal, de los poderes y de varios municipios, además del sábado, también les jodieron el domingo, deberán acudir con su familia a escuchar el siempre cómico mensaje de la mandataria para presumir su administración de cuatro años.
La tarea para los operadores políticos y movilizadores es más difícil que en los tres años anteriores, no es lo mismo llenar el Centro de Convenciones capitalino que el auditorio de la Ciudad de la Cultura, el Entretenimiento “y la Risa”, tanto por el complicado acceso al recinto, como por el volumen de personas que deben asegurar para que no se vean zonas vacías, aquí no podrán quitar y poner sillas a su antojo.
Esa operación aplaudidora no está considerada en los 3 millones de pesos que, según el vocero gubernamental, nos cuesta la propaganda del informe. Insaciables, como los conocemos, no les basta pagar para saturar las redes sociales con los mensajes de su jefa o colocar anuncios espectaculares, sino también se desplegó una intensa pauta en medios de comunicación nacionales cuyo costo no se paga con los 3 millones con los que tratan de engañar su exceso.
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