Inmersos en la era de la posverdad, la Triste Historia se montó en ella para hablar en cadena nacional de una falsa realidad en el sistema de salud, fue expuesto Tlaxcala como el nuevo Dinamarca, aunque en los hechos, estamos peor que Burundi.
La posverdad, para quienes no sepan, es la distorsión deliberada de una realidad, manipula creencias y emociones para influir en la opinión pública y en actitudes sociales.
Frente al presidente López Obrador, la mandamás hizo afirmaciones aventuradas, como aquella de que desde hace 70 años la entidad no tenía un hospital nuevo, a sabiendas de que sólo en el sexenio del panista Felipe Calderón y con Héctor Ortiz en el gobierno se construyó y pusieron en operación los nosocomios de Huamantla, Infantil de Tlaxcala, de la Mujer y Tequexquitla.
Antes, en el sexenio de Sánchez Anaya, siendo presidente Vicente Fox, Tlaxcala inauguró el ITAES; ya con Enrique Peña Nieto y siendo mandatario Mariano González se inauguraron los hospitales de Natívitas y San Pablo del Monte, también el UNEME DEDICAM (enfocado a la detección de cáncer de mama), la clínica privada Conde de Valenciana para los ojos, y la clínica dental especializada en Santa Anita Huiloac.
Con Marco Mena y aun siendo presidente el priísta Peña Nieto, se construyó el nuevo Hospital General de Tlaxcala, y la Triste Historia con López Obrador únicamente lo inauguraron, porque a la fecha opera sin todas las licencias, equipo ni personal.
Entre Fox y Peña pasó Tlaxcala de 77 centros de salud a más de 120, por lo que aquello de que en 70 años no hubo nada es una vil mentira, como también lo del equipamiento, abastecimiento de medicamentos, insumos, y personal, basta recordar las protestas y los testimonios de pacientes, que le llovieron a la mandamás en aquella visita sorpresa al regional Emilio Sánchez Piedras.
Para rematar, la semana pasada también admitieron las carencias y desabasto, tan es así que implementaron un operativo para mandar insumos y medicamentos, así como para reparar equipo, ¿pues no que todo estaba excelente?
MALHECHAS
En eso de la manipulación de la realidad, también presumió la supuesta adquisición de 29 ambulancias (que nadie sabe dónde están, siguen circulando las chatarras de siempre), la inauguración del Hospital General de Tlaxcala, que opera sin licencias; y las Unidades de Hemodiálisis, Oftalmología, Hemodinamia y de Cirugía Ambulatoria, que documentamos su pésima construcción.
De esas clínicas construidas en tiempo récord, también en tiempo récord salieron a relucir las deficiencias estructurales luego de que en la primera lluvia intensa se inundaron, parecía cascada el techo.
Después del falso discurso, junto con cinco gobernadoras y gobernadores más firmaron un convenio parta entregar la nómina del sector salud y con ello deshacerse de los sistemas estatales, por cierto, ello implica un problema legal por la falta de reformas legislativas.
El único mandatario no aplaudidor ni sumiso fue el de Baja California Sur, Víctor Manuel Castro que, en un acto de honestidad, advirtió de las fallas y carencias del sector salud en aquella entidad.
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