Por Edgardo Cabrera
Mal y de malas arrancó la semana, resulta que este lunes la Triste Historia volvió a hacer gala de la represión contra los más vulnerables, ahora en contra de jubilados y pensionados agremiados al Sindicato 7 de Mayo, quienes pretendían instalar un plantón frente al Palacio de Gobierno, lo que no les gustó, recordemos que lo suyo es el maquillaje, que se vea “bonito” el centro que no se dañe la “imagen” y se frene la llegada de “millones de turistas”, bueno según Sergio González.
Ante ello, un contingente de granaderos arremetió desde muy temprano en contra de los inconformes, arrebató casas de campaña y otros aditamentos que llevaban para hacer guardia en espera de ser recibidos por la mandamás.
Qué piden, lo elemental: aumento salarial según lo establecido en su contrato, abastecimiento de medicamentos en las farmacias de Pensiones Civiles de Tlaxcala, más opciones en la atención hospitalaria como anteriormente se tenían.
A cambio, de nueva cuenta mandaron los escudos y los toletes por delante, en lugar de enviar a un portavoz y negociador para dar respuesta a sus demandas, no seguir con diálogos huecos.
Y no son los primeros, recordemos que desde julio del año pasado también docentes jubilados y pensionados de la Sección 55 del SNTE salieron a las calles a manifestarse por la carencia de medicamentos y pago de prestaciones.
También, no olvidemos, que mientras crecen las molestias de la parte trabajadora y los pretextos por parte del gobierno, recientemente revelamos la creación de una supuesta comercializadora que utilizaría algo así como 21 millones de pesos de recursos de los jubilados y pensionados para adquirir desde autos nuevos, hasta para la compraventa a crédito de bienes muebles, incluso hablan de crear una tienda lo que, por cierto, no ha sido aclarado ni explicado a los trabajadores.
REPRESIÓN
Por cierto, no hay que dejar pasar que de nuevo la Secretaría de Seguridad Ciudadana hace gala de sus peores formas para reprimir una manifestación, no hace mucho en Calpulalpan también arremetieron contra personas de la tercera edad que mantenían un bloqueo carretero.
En eso de imponerse sobre los más débiles, no olvidemos las dos protestas de mujeres reprimidas el 8 de Marzo, en 2022 y 2023, a las que, además de los granaderos armados de gas lacrimógeno y extintores, mandaron una tanqueta para disparar chorros de agua a presión y compraron vallas de más de 2 metros de altura con un valor de 4 millones de pesos; sin olvidar las acciones contra normalistas a las que mandaron un helicóptero a volar sobre ellas y de aquella protesta derivó una alumna muerta.
Ahora, cuando la corporación vive una de sus peores crisis de credibilidad y confianza ciudadana, tras la detención de altos mandos, y aunque el secretario Celaya metió las manos por ellos al decir que aún no son encontrados culpables, la realidad es que mandarlos a reprimir manifestaciones simplemente los deja peor parados.
No hay que olvidar también que, en otras manifestaciones, con grupos más grandes y fortalecidos en sus contingentes, mejor ni salen, ni los de tránsito para agilizar la circulación, por el contrario, se esconden porque saben que serán fácilmente rebasados, ahí están, por ejemplo, las multitudinarias movilizaciones de Manuel Campos, Sindicato de Salud, transportistas, obreros o del 7 de Mayo.
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