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El organigrama criminal donde aparecen Rafa Márquez y Julión

Raúl Flores Hernández ha operado por décadas debido a su larga relación con otros cárteles y su utilización de testaferros financieros

 

 

 

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l Departamento del Tesoro de Estados Unidos reveló una red de complicidades con el narcotráfico que incluye, entre otros nombres, a los mexicanos Rafa Márquez, el futbolista, y a Julión Álvarez, el cantante de música popular.

En coordinación con las acciones de las autoridades de los Estados Unidos y México, la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos identificó a Raúl Flores Hernández de nacionalidad mexicana y a la organización narcotraficante “Flores”, como Narcotraficante Especialmente Designados de conformidad con la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros (Ley Kingpin).

Además de Flores y su organización, OFAC también designa a 21 ciudadanos mexicanos y 42 empresas en México por prestar apoyo a las actividades de tráfico de drogas.

“Raúl Flores Hernández ha operado exitosamente por décadas debido a su larga relación con otros cárteles de la droga y su utilización de testaferros financieros para enmascarar sus ganancias procedentes de la venta de drogas ilegales”, expresó el Director de la OFAC, John E. Smith. “Esta acción importante refleja la cooperación estrecha entre el gobierno de los Estados Unidos y la procuración de justicia mexicana con el fin de detener el flujo ilegal de narcóticos, y para señalar y exponer a los capos de la droga y los que facilitan sus redes financieras ilícitas”, expone el Departamento del Tesoro.

Desde hace 20 años el futbolista Rafael Márquez, capitán de la selección nacional, quien jugó durante años en el Barcelona, está relacionado en múltiples negocios con Flores. No es el único: este mismo líder del narcotráfico también impulsó la carrera y tiene numerosos negocios en común con el famosísimo cantante de rancheras Julión Alvarez, desde hace una década.

Ellos dos, Rafa y Julión, y muchos más, en total 65 personas, forman parte de la red de lavado de dinero que a lo largo de décadas integró Flores Hernández, junto con otros personajes como los hijos de Rafael Caro Quintero, Efraín y Omar Caro Urías. En la red están involucrados representantes deportivos y artísticos, restauranteros, financieros y prestanombres.

Raúl Flores Hernández, es un narcotraficante de vieja escuela. Ya en 1983 se le iniciaron procesos en el estado de Columbia y California por tráfico de drogas.

Estuvo detenido en México entre 2013 y 2015, acusado de ser operador financiero de lo que sería ahora el cártel Jalisco Nueva Generación, pero en realidad Flores Hernández, es un personaje que no se ha involucrado en el narcomenudeo ni en la lucha de pandillas y por eso ha pasado desapercibido para muchos: su negocio es colocar la droga, por toneladas, del otro lado de la frontera y ha sido socio, en distintos momentos, de El Chapo Guzmán, los Beltrán Leyva y del propio CJNG, gracias a las muy añejas relaciones que tiene con las redes de distribución en Colombia que le permiten abastecer a muchos de los principales grupos del narcotráfico cuando sus propias redes se ven cerradas.

Dos de sus principales operadores son Efraín y Omar Caro Urías, los hijos de Caro Quintero (las redes de Flores Heredia son contemporáneas y eran parte de las de ese líder del cártel de Guadalajara, detenido por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena), junto con varios integrantes de su familia, pero también con otro personaje ligado a promociones de espectáculos y restaurantes: Mario Alberto Fernández Santana, apodado El Gordo Fernández.

Fernández fue el promotor de Valentín Elizalde, asesinado al terminar una actuación en Reynosa, Tamaulipas, en el 2006. Se cree que El Gallo de Oro fue asesinado por los Zetas, en venganza por su relación con el cártel de Sinaloa y sobre todo por la canción A mis enemigos, supuestamente compuesta contra los rivales del cártel del Chapo. Tiempo después de la muerte de Elizalde, su entonces pareja, Nathaly Fernández, hija del Gordo Fernández, el socio de Flores Hernández, se casó con Julión Alvarez, en Tesistlán, Jalisco. Una de las principales invitadas a la boda fue la cantante, también fallecida en un extraño accidente de aviación, Jenny Rivera.

Lo cierto es que en esa red de lavado de dinero que encabeza Raúl Flores Hernández, participan, según la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del departamento del Tesoro de los Estados Unidos, que ya congeló todos los bienes y cuentas, y toda relación económica de todo tipo con los involucrados, Rafa Márquez y Julión Alvarez.

Desde junio del año 2000, más de 2,000 empresas e individuos han sido nombrados conforme a la Ley Kingpin por su participación en el tráfico internacional de narcóticos.  Las sanciones por violaciones a la Ley de Cabecillas fluctúan entre penas civiles de hasta un millón 437 mil 153 dólares por cada violación, hasta penas criminales más severas. Las penas criminales para directivos de empresas puede ser de hasta 30 años de prisión y multas de hasta 5 millones de dólares.

Las multas criminales para empresas pueden alcanzar los 10 millones de dólares.

Otros individuos pueden enfrentar hasta 10 años de prisión y multas de conformidad con el Título 18 del Código de los Estados Unidos por violación criminal a la Ley Kingpin.

 

INFORMACIÓN DE GRUPO  IMAGEN Y JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ