La capitana del barco está determinada a hundir su administración al justificar las faltas y escándalos de miembros de su gabinete a los que les debe, quién sabe qué, pero parece que el trasfondo es de muchos billetes.
Resulta que desde el viernes la mandamás justificó al irresponsable de la Protección Civil estatal, el pintoresco personaje que presume sus alhajas de oro como el casco con una bailarina en tubo, en el estado estigmatizado por la trata de personas que la Triste Historia se niega a ver, pero que la Fiscalía General de la República le embadurnó luego de extraditar a Estados Unidos a un individuo que capturaron en Tenancingo y que está acusado de asociación delictuosa, tráfico de personas y operaciones con recursos de procedencia ilícita, hablamos de delincuencia organizada.
Bueno, pues resulta que la conducta de Juvencio la justificó, buscó a un chivo expiatorio, se trata de El Flama, de quien dicen es el casco que le prestó al funcionario del primer nivel que llegó a una emergencia sin equipo, pero no solo eso, arribó al final de aquel impactante incendio en una fábrica de Yauhquemehcan.
Para la mandamás la víctima fue su funcionario, quien, de ser cierto lo del Flama, también permitió y encubrió el uso de dicho casco, como sea, es responsable por omisión. Bueno, perdonado por la patrona, bastaron dos días para que de nuevo Juvencio pusiera en entredicho y ridículo a la Triste Historia con el fallido simulacro del lunes que derivó en crisis nerviosa por la falta de planeación.
RECORDEMOS
Les corren sus últimos doce meses a los presidentes municipales y aunque la mayoría trae ya un desastre, producto del desgaste del ejercicio del poder y el mal gobierno, tres personajes ejemplifican además la impunidad: Xicohtzinco, Tzompantepec y Tlaltelulco.
El de Xicohtzinco nunca ha podido gobernar, aun así, se le permitió manejar los recursos públicos y administrar la comuna, todo se cocinó en el periodo de campaña, derivó en un conflicto poselectoral y se mantiene como un problema social que cobró muertos, heridos, el ex alcalde prófugo -acusado de atentar contra la vida de uno de los habitantes inconformes- y nulo desarrollo.
En Tzompantepec el presidente fue evidenciado por retener de forma ilegal un autobús donde se transportaba un grupo musical, se molestó porque el baile organizado fue un fracaso en la taquilla por lo que exigía le reintegraran lo pagado por su administración, la intransigencia de la “autoridad” municipal llegó a tal grado que encabezó a una muchedumbre que apedreó el camión, los hechos siguen impunes.
Y el de Tlaltelulco, ¡vaya caso!, sigue también impune la violación de una mujer policía que en su primer día de labor fue violada nada menos por el director de seguridad, subdirector y un comandante, el hecho pasó desde julio, y de eso no ha pasado nada, los señalados siguen prófugos, el alcalde tan campante en el cargo y la CEDH viajera más ocupada en que el esposo de la titular sea notario que en actuar en contra del ayuntamiento.
En ese mismo lugar salieron a relucir videos de los excesos del cuerpo de policías municipales, lo mismo protagonizan escándalos en la vía pública en estado de ebriedad, incluso echan tiros al aire, y hay elementos tan inexpertos que se les “escapan” balazos al “jugar” con el arma de cargo.
Todo lo anterior, en la nueva Triste Historia que solapa, encubre y protege la corrupción.
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