Es tiempo de las mujeres
Leo y escucho, cada vez con más frecuencia “que es tiempo de las mujeres”, pensar que esto es una concesion, o algo que ocurrió de pronto, por gracia del tiempo, es desconocer las luchas de generaciones, las luchas de mujeres que se rebelaron ante un sistema patriarcal, es omitir la acción de sociedades inconformes con una jerarquización por absurdas razones de sexo o género, de exigencias para colocar a los derechos humanos bajo la concepción de real protección y respeto, ignorar los reclamos de grupos de irreverentes -valientes- que no se quedaron calladas, desconocer que la lucha, incluso, costo la vida a muchas.
¿Es realmente tiempo de las mujeres? Si, si es nuestro tiempo, pero no debemos pensar por ello, que lo logrado, es suficiente, porque estamos apenas al inicio para constatar a partir de los avances normativos, la consolidación de una cultura que nos vea, que nos sienta y nos respete como iguales; de acciones afirmativas que también emprenden nuevos resultados, estamos ante avances que de pronto se estancan, ante un inflexible sistema patriarcal, que se resiste. Es tiempo de las mujeres, es tiempo de entender, que nosotras estamos, que queremos ser incluidas y respetadas y que somos parte de todo.
Una tlaxcalteca preside el Senado
La conocí en la Universidad Pública, en la que ambas nos formamos, posteriormente coincidimos en el Honorable Congreso del Estado de Tlaxcala en la Quincuagésima Novena Legislatura, en la que fue diputada local, representando el distrito de su municipio natal. Desde el principio, se distinguía por la fuerza de su discurso y la rebeldía ante causas injustas. Como mujer, como mujer de Tlaxcala, me siento emocionada y orgullosa de constatar como, posterior a la preparación, a la disciplina y a saber esperar mejores tiempos, hoy la Senadora Ana Lilia Rivera, preside la Mesa Directiva de la Cámara de Senadoras y Senadores del Estado Mexicano. La Senadora posee una serie de virtudes por las cuales le auguramos una gran gestión y entrega de buenos resultados, siempre ha sido cercana a los movimientos sociales, ha sido constante con una visión para dotar de más recursos a quienes menos tienen, encabeza una férrea lucha por el reconocimiento y el cuidado alimentario y por el maíz -que además para las y los tlaxcaltecas es parte de nuestro origen-.
Enhorabuena para la Senadora de mi Tierra, enhorabuena para la abogada defensora de causas justas, alguien preparada y que lleva en alto los movimientos que representa, una mujer con una virtud que en este momento el país necesita: congruencia. Confiamos que desde su alto encargo, será aliada de las mujeres y de su empoderamiento .
Mujeres tomando decisiones en las más altas esferas de poder, mujeres congruentes con una visión justa, eso lo queremos cotidiano.
Mujeres trabajadoras
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), que es la principal fuente de información sobre el mercado laboral mexicano reportó que en el primer semestre del año se incorporaron 200,000 mujeres al mercado laboral, destaca que el trabajo de las mujeres impulsa indudablemene al mercado laboral. Recordemos que las mujeres fueron las más afectadas ante la pandemia y sus consecuencias, sin embargo la recuperación del empleo femenino ha sido más dinámica, pero todavía enfrentamos retos diversos pues el 80 % de las mujeres que trabajan se desempeñan en sectores “feminizados” que se han relacionado socialmente con las tareas femeninas, aquellas que deben hacer las mujeres por ser mujeres, tienen menos acceso a la tecnología y somos tradicionalmente a quienes se nos responsabiliza de las labores de cuidado, lo que se traduce en dobles o triples jornadas laborales.
Si bien, es positivo que haya un incremento de la participación femenina en el trabajo remunerado, lamentablemente la carga de cuidados no disminuye. De la población económicamente activa el 59.31% son hombres y el 40.68% somos mujeres, en las poblaciones no económicamente activa el 28.15% son hombres y el 71.84% mujeres, mientras que las horas trabajadas en casa y en trabajos de cuidados no remunerados que son en promedio 37, los hombres trabajan 19 y las mujeres 42, es decir más alla del promedio y duplicando las horas de los hombres.
En la brecha salarial, además de las diferencias salariales en trabajos iguales, no pueden obviarse estas dobles jornadas de trabajo, o la informalidad y negativa al acceso a la seguridad social, lo cual complejiza la condición de las mujeres.
Desafortunadamente la incorporación de las mujeres al mercado remunerado no ha estado acompañada de una redistribución de las tareas de cuidado y del trabajo doméstico. Por eso, temas como la flexibilización laboral, reasignación de las labores de cuidado, y acciones claras contra la todavía desafortunada brecha salarial, son temas pendientes y de urgente abordaje y atención. De ahí que felicitamos la importante labor de la Asociación Mexicana de Juzgadoras A.C. que este fin de semana desarrolló el Congreso “Doble jornada laboral de las mujeres. Retos para visibilizar el trabajo de cuidados” del cual permaneceremos atentas a sus conclusiones, derivadas del análisis de mujeres juzgadoras expertas y reconocidas en todo el país.
Queremos cotidiano. Todos los esfuerzos para empoderar a las mujeres, para lograr su acceso a la igualdad laboral, salarial y al reparto igualitario en las labores de cuidado, eso lo queremos cotidiano.