En lugar de solucionar el malestar social, la mandamás le roció más gasolina al fuego luego de que condicionara el diálogo con ciudadanos, grupos inconformes e incluso partidos políticos, a cambio de que no le hagan “marchas ni bloqueo de calles”.
No solo eso, minimizó la Marcha Por Tlaxcala de la semana pasada al decir que los miles que salieron a las calles son “unos cuantos manifestantes, aislados”, con lo que dejó claro que para su administración el autoritarismo es la premisa.
Y están las palabras y los hechos, no la retórica que pregona la Triste Historia. Autoritario es un gobierno que se cierra al diálogo o lo condiciona, como el actual; también quien manda a golpear a manifestantes y rociar gases, tras negarse a hablar; también autoritario es quien no recibe a inconformes, antes de salir a las calles, porque su primera opción, de todos, es tocar la puerta.
También es autoritario quien miente, engaña y traiciona, porque cuando se dicen “abierto”, en realidad oculta todo, por ejemplo, la negociación y el contrato con una empresa que fue claramente favorecida para lucrar con los servicios de salud para los trabajadores, la licitación estuvo amañada porque, como lo dijimos desde el principio, NADIE les cree que en menos de tres días inversionistas que están con la incertidumbre del resultado de un concurso, empiecen a instalar, rentar, construir y equipar todo un sistema que se abrió a partir del 1 de agosto en tiempo récord.
Finalmente, cuando habla de que su gobierno es coaccionado, ¿dónde están las denuncias de ello?, porque es claro, que más bien se pretenden fabricar delitos para, como todo un gobierno autoritario, encarcelar a quienes salen a las calles a protestar por la cerrazón.
Para rematar, cuando la mandamás habla de que las manifestaciones son con fines políticos, es claro que sí, suponemos que la gobernante de un estado tendría que conocer las diferentes acepciones del concepto “política”, una de ellas tiene que ver con la organización, relación y trato entre quienes gobiernan y sus gobernados.
Con las dos de esta semana, una de comunidades originarias y otra en la procu por la detención de una persona suman163 protestas en lo que va de esta administración por su mala práctica política, por cierto.
¡SE CUMPLIÓ!
En eso de embonar las cosas según su politiquera actitud, Homero el de educación se aventó una nueva chapuza, dice que su patrona “cumplió” con su promesa de eliminar las cuotas escolares, contradictoriamente, dice que por ley las personas de “buena voluntad” deben considerar “donaciones o aportaciones” a las escuelas de sus hijos.
No solo eso, ya incluso hay un acuerdo gubernamental para regularlas, porque dice este burócrata, que la ley lo establece y lo deben cumplir, ¡ah caray!, pues no son gobierno y de existir voluntad y tener palabra, hubiesen utilizado su aplanadora legislativa para eliminar esas cuotas obligatorias que pomposamente llaman ahora “donaciones o aportaciones”.
No cabe duda que tanta azúcar, grasa y alcohol no les ayudan a pensar y, por el contrario, distorsionan ideologías como esas luchas sociales comunistas que leyeron en algún manual (porque ni a libros llegan) ahora plasmadas en termos capitalistas, o aquello de hablar de los políticos de la “derecha” cuando, todos, sin excepción, hasta su patrona, gozaron las mieles de ese régimen y siguen lucrando, ¡que les crean sus borregos!
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